Nabemono (鍋物)
Nabemono, literalmente, significa "cosa cocida", por lo que podríamos traducirlo como "puchero" o similar. Es un plato muy común en la cocina casera, aunque casi inexistente en las cartas de los restaurantes, de hecho, es el alimento base de los sumotori (luchadores de Sumo), en una variedad llamada Chanko Nabe.
Admite prácticamente cualquier cosa y hay miles de formas y recetas de hacerlo, la que vamos a explicar aquí es muy sencilla aunque aconsejamos que cada quien "invente" sus propias variaciones de acuerdo a sus gustos particulares.
Admite prácticamente cualquier cosa y hay miles de formas y recetas de hacerlo, la que vamos a explicar aquí es muy sencilla aunque aconsejamos que cada quien "invente" sus propias variaciones de acuerdo a sus gustos particulares.
Niwatori Nabemono. Nabe de pollo
Ingredientes para 2 personas:
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Preparación
Las verduras se cortan en rodajas o trozos pequeños en diagonal. Se pueden pasar un poco por la sarten, pero no es necesario.
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La forma tradicional de servirlo es en la misma cazuela, añadiendo alguna cebolleta cortada en rodajas finas o aros de puerro, también se le ponen hojas de Shisho.
El shisho es muy difícil encontrarlo en nuestro pais, se vende en algunos sitios, pero en una variedad diferente, por lo que nos vemos obligados a prescindir de él. En su lugar podemos utilizar las hojas del apio que le darán color y sabor al guiso. La forma correcta es servir únicamente los trozos sólidos que se suelen condimentar con Shichimi (literalmente "siete especias"), en caso de no disponer de este condimento se puede usar pimienta, que se pone a disposición del comensal para que se sirva a su gusto. Cada comensal coge las porciones que desee, y se sirven en un cuenco individual, hay quien le pone un huevo batido crudo que se hará un poco con el calor del guiso. Con el caldo sobrante, se prepara una sopa de arroz, cociendolo durante 20 minutos a fuego medio y sin destapar y, en algunos casos, añadiendo en los últimos minutos, incluso mientras reposa un huevo batido. Esto se llama Ojia, palabra que proviene del castellano Olla y que introdujeron los jesuítas españoles y portugueses. |