En mis investigaciones, no puedo evitar encontrarme con información publicada por otros colectivos que practican (o dicen practicar) el mismo arte marcial, la misma escuela que yo y no puedo por menos que sentir vergüenza ajena y propia de lo que se allí se lee.
Confieso que siempre he sido y seré demasiado inconsciente, impaciente y ávido de conocimientos (algunos piensan que de notoriedad también) y debido a ello caí en mis primeros años en los mismos pecados que ahora leo, incluso debo confesar que alguna responsabilidad tengo en el caos informativo que existe. Mea culpa.
Sin embargo observo con una mezcla de rubor, desasosiego, ira, carcajadas y cosas parecidas, como personas que intentan parecer eruditos dando toda clase de datos "históricos" e invocando "conceptos superiores" o "valores transcendenes" tomados del código Bushido, faltan totalmente a la verdad... incluso a sabiendas. Y hago esta crítica, repito, siendo consciente de que yo caí en el mismo error, por desconocimiento, falta de datos e incluso porque se me facilitó información no veraz.
Por poner un ejemplo, siempre se ha afirmado, incluso por el propio Soke de la escuela, que su fundador fué alguien llamado Oni Kojima (omito el apellido por discrección), el resto es fácilmente deducible: la escuela continuó, luego el clan o familia no fué disuelto por Tokugawa Ieyasu, de lo que se infiere que este clan o familia no estuvo en contra de su shogunato. Si no estuvo en contra, lo más probable, estuvo a su favor dado que no consta que ninguna de las familias samurai se mantuviese neutral en el conflicto que dió origen al shogunato.
Bien, disculpeseme el razonamiento tan largo, pero es revelador. El caso es que, a la vista de los documentos que estoy manejando actualmente, nunca existió alguien con ese nombre en la dirección de la escuela, como tampoco es cierto que siempre fuese parte del legado familiar estrictamente hablando. A partir de ahí cae el resto de la argumentación.
Por tanto, a mi juicio, insistir por activa y por pasiva en unos datos no corroborados y mantener contra viento y marea que son ciertos hace que se caiga en la prepotencia y la vanidad, además de en la falsedad, algo que va totalmente en contra de esos "valores universales" que se predican.
Lo que he relatado tiene que ver, aunque no lo parezca, sobre Okuden en el sentido más tradicional del término.
Desgraciadamente para sus practicantes, mi escuela está actualmente fragmentada en grupos independientes y todos reclamamos y proclamamos nuestra "autenticidad". No voy a entrar en esa "guerra" que no interesa a nadie, tan solo lo cito por si alguien se ve reflejado.
El caso es que, desde siempre, se ha mantenido como dogma una serie de movimientos que se originan en un ataque y una primera respuesta con Uke Waza. Siempre me chirrió, debo decirlo, aunque no tenía argumentos ni conocimientos suficientes para rebatirlo, así que mi trabajo de investigación técnica me llevó al Tsuri Waza, un movimiento muy utilizado en Kendo. Los documentos históricos me proporcionan un nuevo concepto: Hoshu Te ( 捕手) del que jamás (como supongo que la inmensa mayoría) había oído hablar y que, sin embargo, parecen formar uno de los pilares en los que se asienta mi escuela.
Y aquí es donde comienza el Okuden...
Aclaro que esta forma de transmisión no es exclusiva de las artes marciales, existe en todas las actividades más o menos creativas japonesas, incluyendo, por ejemplo, la fabricación de kimonos (es solo un ejemplo, no sé si en este caso concreto existe).
El caso es que parece demasiado obvio que solo quien tenga acceso directamente a él y pueda leerlo e interpretarlo correctamente, tiene acceso al verdadero Okuden. Tradicionalmente, solo los Soke lo poseían y guardaban como un tesoro, siendo el objeto o propiedad más importante de la casa. Sinceramente no sé si sigue siendo así en la actualidad, aunque deduzco que en la mayoría de los casos sí lo es.
Igualmente me parece demasiado obvio que únicamente quien tenga acceso, pueda leerlo, interpretarlo y entenderlo correctamente, tiene datos objetivos para decir "qué es" y "qué no es" en esa escuela concreta, lo que no da es juicio para discernir lo relativo a otras escuelas o artes marciales.
Sin embargo, siguiendo la lógica japonesa, esta información no se da ni se deja vislumbrar a quienes no tienen los conocimientos necesarios. Me explico: La mentalidad japonesa se asienta en ese concepto abstracto que se suele definir genéricamente como -Do y que no es otra cosa que la experiencia directa, es decir, el estudiante o ávido de conocimiento, debe experimentarlo por sí mismo máxime cuando estamos hablando de habilidades y destrezas en los que de nada sirve el conocimiento intelectual, por tanto se restringe el acceso intelectual favoreciendo la experimentación, lo cual no deja de ser una forma más de filtro ya que si meramente se dedica a la repetición de lo que ve, no se está "experimentando por uno mismo", tan solo se está imitando y el Arte no consiste en imitar, sino en crear.
Por tanto, el conocimiento intelectual se deja para quien ha alcanzado un cierto nivel de experiencia propia y está en "el camino" para poder llevar el conocimiento de la escuela un paso más allá, lo cual implica evolución.
No todo es "bonito", el sistema es perverso aunque no dudo que fuese efectivo en la Edad Media. Limita la capacidad de análisis técnico y conceptual tan solo a unos pocos "elegidos" que serán quienes tengan todos los datos para poder afirmar o negar, situándolos muy por encima del resto, aún cuando haya otros más capacitados que ellos, técnica e intelectualmente, pero que dado el nivel de internacionalización de las artes marciales en general, puedan ser totalmente desconocidos para la "élite". Lo cual favorece el orgullo y la vanidad, el ego, por pertenecer a "los elegidos", en contra de la humildad que preconiza el Bushido.
Se debe confiar ciegamente en el criterio de una sola persona: el Soke que, sin embargo, puede que no sea objetivo, por el contrario, que sea fácilmente manipulable por una u otra razón, más aún en sistemas endogámicos como son las Otome-Ryu (entre las que se encuentra mi escuela) dado que su objetividad se vé limitada por la visión parcial de la familia, clan o feudo.
Por otra parte, impide la transmisión correcta del conocimiento a los occidentales por varias razones:
- Suelen estar escritos en japonés antiguo, especialmente en el caso de los Koryu, ya que era el estilo de escritura de los intelectuales y eruditos de la época, además de utilizar kanjis específicos para la ocasión, por ejemplo los números: tres, san, en japonés corriente se escribe 三, sin embargo en este tipo de documentos se escribe 参
- Utilizan figuras poéticas para describir técnicas o movimientos, algo también propio de una época en que eso era una prueba de refinamiento entre las clases altas e intelectuales, por ejemplo el Kata de Karate Gankaku que significa "Grulla en la roca" o Unshu que significa "Mano como las nubes" o la técnica Tani Otoshi "caída en el valle", de tal forma que sin las claves culturales de la época es francamente difícil, por no decir imposible, lograr entender correctamente el significado de tales conceptos abstractos.
No hace mucho, alguien me pedía que le recomendase lectura sobre artes marciales que no fuesen los consabidos Gorin no Sho, Hagakure, etc..., no lo dudé y le recomendé que leyese acerca de la Ceremonia del Té. Parecería que le estaba tomando el pelo, pero no es así.
La forma cultural más refinada de Japón es la Ceremonia del Té. Un maestro de Chado debe ser hábil en algo que pasa desapercibido: crear un ambiente. Para ello debe dominar todas las claves culturales incluso sociales, de forma que el invitado (Okyaku sama) se sienta cómodo y se relaje olvidando por un momento todos sus problemas y quehaceres.
Para ello se elige cuidadosamente hasta el más mínimo detalle, desde la caligrafía que decora la pared hasta el kimono que se usa, pasando por cada uno de los utensilios que se utilizan. Un ejemplo: se trata de recrear la primavera, para ello se elige una sencilla caligrafía con una sola palabra: Semi (蝉) que significa cigarra, se coloca un arreglo floral de flores silvestres y se utiliza un kimono de colores alegres sin llegar a ser chillones. El invitado al entrar, mediante estos elementos, evocará inconscientemente un campo en primavera y se sentirá relajado...
Así funciona la mentalidad japonesa: Okuden.